Parece ser que no sabes muy bien cuál es el verdadero significado de pedir disculpas. Cuando dices la palabra ''perdón'' te tragas con ello todo ese gran orgullo que tienes. Lo malo, es que cuando le coges el gusto a la palabra no dejas de repetírmela hasta que decido olvidar. Sí, porque yo lo dejo pasar, porque aunque parezca mentira me gusta estar contigo, y miro más lo positivo que me has dado que lo negativo. Pero, de qué me sirve tanta disculpa, si dos días después vas a hacer lo mismo. Y siguiendo por el camino de siempre, me miras sonriéndo con esa carita que tanto cariño me da, y con esos ojos indecisos que me preguntan a través de su brillo que, ¿qué me pasa? A lo mejor soy yo y el querer buscar una excusa para por fin quitarte de mi cabeza. Pero hoy no quiero pasártelo por alto. Y ahora escucha bien lo que te digo, porque esto no es cuestión de un sólo día, son tres años. Tres de dieciséis.
Desde aquel 11 de septiembre del 2007, has sido mi inspiración, mi sonrisa, mis batallas ganadas y lo que me han enseñado las perdidas. Te quise tener tanto que te acabé perdiendo, y te fuiste, dejándome claro que yo no te importaba absolutamente nada, que este era sólo un tema más. Lo peor, es que yo no esperaba nada más de tí. Aunque lo pareciese, sólo quería poder sonreírte de vez en cuando, y quizá, si no es mucho pedir, cariño. Por eso mismo no tiré la toalla, y seguí luchando. No volviste a sonreirme en 6 meses, hasta que aquel 6 de mayo decidiste sentarte conmigo en ese vagón. En nuestro vagón de siempre. Y para acabar con mi nueva felicidad tan sólo dos días después. Cómo no, seguí luchando. Te fuiste 7 meses. 7, un número de esos que nunca se olvidan.. Pero, para mi sorpresa, me encontré con una sonrisa de oreja a oreja dos dias después de tu vuelta. Parecía increíble, pero todo me sonreía, y te había recuperado. De alguna manera fuimos entablando una confianza y una amistad llena de cariño. A nuestra manera, pero nos reíamos.
Y es que nadie te ha tratado nunca tan bien como yo. He intentado hacerte reir todos y cada uno de los dias que me has dejado. He llorado cuano te veía triste, y he dedicado más tiempo a ti que a nadie. He convertido tu pasillo en mi nueva casa, tu sonrisa en mi nueva ley de vida, tu mirada y tus consejos en mis nuevos libros. Siempre he sido la primera en darte las gracias, no por nada en específico, simplemente, por ser como eres. Por ayudarme, por cederme un pedacito de tu confianza..
Siempre lo tienes que romper todo. Pero eres tú la que más pierdes.
