Perder y retroceder se escriben en la misma linea.
A veces la gente piensa ya haber vivido, o soñado, eso que les acaba de ocurrir. Lo denominan como déja vu. Pero en dos semanas son dos sueños cumplidos: Un accidente en un metro contigo, fotos del parque. No es algo material, es una creencia, es una religión que parece cumplirse cuando lo escribe el subconsciente. Ahora podría estar corriendo a ver eso con lo que no podrá la distancia, podría escribirme en otra página de sus días, crear un momento que más tarde se convertirá en recuerdo. Pero hoy es mejor atarse a la cama, cerrar los ojos, y volver junto a ese sueño que no termina en tragedia.
Son casualidades de la vida, son cosas que dan miedo. Pero más miedo me da que mi fortaleza no pueda creer que las casualidades existan.
Momentos congelados. Recuerdos que jamás se olvidarán.
(Una mirada es suficiente para hablar.)
