Te levantaste, y te fuiste. No te despediste, simplemente miraste al suelo, y sin decir palabra saliste por la puerta. ¿Y hubieses sido igual con todos los demás? Lo tomé como un regalo, pero no sé si me lo quisiste regalar, o simplemente lo idealicé de tal manera. ¿Me regalaste ese tiempo? En el fondo sabemos que va a acabar, nos quisieron y nos quisimos el doble de lo que dijimos. El doble menos nos quisieron. Pienso que me quiero marchar, por el mismo sitio, y no quiero irme si no cruzo esa puerta contigo. Nunca destacaste entre la multitud, nunca supiste hacerles reír tanto como me reí yo contigo. Pero coreaban tu nombre, y me sentí orgullosa, orgullosa por sentir que quiero a esa que ven lo suficientemente grande como para gritar su nombre, más que a mi propia vida. Orgullosa de que estuvieses a mi lado, estabas a mi lado...
Y todo lo bueno se acaba, por eso hoy nos acompaña el silencio. Estabas a mi lado, y no fui yo ahí, viniste tú, vino tu sonrisa y tus palabras, vino el "mucho más de lo normal".
Y sí, te echo de menos. Ya me he permitido darme cuenta de que falta mucho por hacer, mucho por conseguir, mientras veo como me come el tiempo. Lo hiciste.
