‘’Los buenos tiempos ya vendrán, pero espera, descuida, y ya verás, la lluvia los devolverá’’.
Hay veces que es bueno retroceder, volver a leerlo todo, no saltarse ni una coma, y sentir como ha cambiado el significado de algo que antes parecía inmenso, y ahora sólo se caracteriza por no significar nada. No es que la quieras menos, o que simplemente no la quieras. Simplemente es un pasado tan lejano que carece de importancia. Aunque te siga rasgando un poco el gusanillo del porqué de haber pronunciado esas palabras que nunca demostró, y te siga sacando una sonrisilla el ver algo que sí cumplió. Sabes que estás como reprimida porque no puedes decir lo que sientes, pero aún así, al volver al pasado y leer todo aquello, ves cómo realmente sí que merece la pena el guardarse esos sentimientos un año más, el perder ahora sólo le dejaría ganar la batalla a tu rencor.
Cuando lo has tenido todo, no quieres empezar una nueva etapa. Simplemente no quiero hacerlo. Puede que sea mejor, quién sabe, pero yo no necesito algo mejor, yo sólo quiero quedarme como estoy. Quererte tanto como te quiero, mantener las pautas hasta que las pautas se tengan que ir. Este año ha sido simplemente, “maravilloso”. Y quiero mantener mi vida tal y como está.
