25.7.10

Lo que no consigo entender, y puede ser raro o incluso desagradable para algunos, es el porqué de la supuesta superioridad de un adolescente de 16 años frente a otro. Como el posible que alguien pueda ser mirado con inferioridad o admirado cuando aún no han hecho nada en la vida excepto pedir, y pedir, y pedir. Lo normal es admirar a alguien por su bondad, o incluso por una virtud muy desarrollada que te haga sentirte en una categoría inferior, aunque, he de decir, que las clases y las categorías no me parecen más que burdas excusas para tapar la secreta inseguridad.
No indagaste tanto, pero sí te pusiste de los nervios y no parabas de hablar y de soltarte como si quisieses descargar tus teorías. No me creías cuando te juraba que no era así, pero eso ya no es elección mía. Sólo tú y los suficientes conocimientos que tengas de mí te permitirán saber si soy realmente lo que digo ser o no. Eres mi punto débil, lo sabes de oídas y hasta mi boca te lo ha dicho. No puedo mentir a lo que más quiero, no me lo permite mi corazón ni la conciencia que te cargaste un día lléndote. Me enseñas a demostrarle al mundo que lo que quiero lo voy a querer siempre, que lo que quizá unos vean como divertido, para mí no es más que una de esas cosas que haces día tras día sin que te deje ninguna huella.
Las conversaciones más ligeras contigo son las que me permiten estar un verano queriendo conocerme más a mí misma, pretendiendo madurar y encontrar a esa persona que debe estar furiosa por salir de mi cuerpo. Las injusticias, tu rareza y tu timidez. Nuestra alejada relación, tus golpes, y que estés bien tras una semana en Roma.
Es un verano más como los últimos dos. Pero pasa, y volveré a estar contigo tarde o temprano.
Powered By Blogger

Seguidores

Datos personales

Mi foto
Next time, there will be no next time.