Estoy harta de despedirme de tí todos los días. Cada sonrisa dice ser la última, tus ojos saltones me lo comunican horas después. Y dices que son paranoias, nunca he rechazado la opción de ser una paranóica. Pero es que es llegar a casa, y decir que ya no vuelvo a quererte nunca más.. (sólo basta otra sonrisa para que mi mente cambie de nuevo de opinión). He llegado a estar, cuánto, ¿2 horas sin pensar en ti? en DOS AÑOS. He perdido a tanta gente por ti. Estuviste hasta en mi subconsciente, soñaba contigo, canciones, libros, poemas, arte, todo relacionado contigo. Lo cierto, es que (no diré que te quiero menos) ya no formas esa parte tan vital de mi corazón. Hoy, sí que puedo vivir sin tí, y hoy, gracias a lo que sea que tenga que agradecer, he aprendido a querer a más gente y a apreciar lo que me des tú de la misma manera de lo que me dan esas que me llevan dando tanto mucho tiempo. (Mentira, lo sé. Lo que me digas tú sigue siendo mi ley de vida, pero, si no lo digo yo, ¿quién lo dirá?) Ya no sé ni cuándo saludarte, entras en mi corazón como si fuese tu casa, (¿pero yo cuándo te he dado las llaves?).
Habitas en mí como un ocupa. Sólo que por mucho que llame a la policía nadie te podrá echar. ''Algunos me aconsejaban que me rindiera o que me callara, yo era el dedo en el culo de todo aquel que me cruzaba. Los días iban pasando y todavia tú no llegabas, y otros llenos de mierda, no me miraban ni a la cara.''
