Y supongo que he decidido tomarme la situación como algo solucionable y actuar de una forma madura, de una forma que ellos suelen llamar ''adulta''. Poco a poco he construido frases, hasta la hora del examen que.. oh dios que mal lo he podido pasar. Todo aquel que tuviese idea de lo que nos pasa, o mejor dicho, la extraña relación que llevamos intentando hacer funcionar 2 años, se ha fijado en el enrojecimiento de mi cara y en la descendencia de tu mirada al tener que pronunciar mi nombre y gritarlo a través del auditorio. Ha sido tan.. tan raro. Y mira que debería estar acostumbrada a que esas cosas sólo me pasen a mí, pero es que en el momento que mi corazón se ha convertido en un sólo latido al oír mi nombre salir de tu boca, no podía hacer nada más que mirarte fijamente sintiendo como mis pestañas decían sentir lo ocurrido al acercarme. Mis neuronas han creado una revolución contra el dolor, llenándolo hasta los topes de adrenalina, cerraban los ojos al no querer darse cuenta de que un momento como ese será recordado muchos segundos este verano. El tocar de tu mano en mi brazo al decirme que espere, los dos minutos cronometrados frente a frente, con mi cabeza evitando tu mirada y tus ojos puestos en el perfil que te daba.
Y aún sigo cogida a la goma que me has dado, a tu mirada, a tu media sonrisa indecisa al no saber si sigo enfadada contigo.
Pero la verdad, si hay algo más realista que esto, es que te quiero, que te adoro, por encima de todo lo surrealista, de todo lo que guarde incógnitas a medio descifrar, de todo lo visible e invisible.
Te voy a echar mucho de menos, a tí, y al que me hagas mejor persona cada día.
