Siento.. Hoy.. Juro..
No tengo ni cómo empezar. Me duele la cabeza, la garganta, la tripa. El corazón. ''Por doler, me duele hasta el aliento''. Vago de lado a lado como si algo me importase. ¡Anda! una farola. Me ato a ella, sujentándome fuerte. Se funde hasta la bombilla al mirarla. Rompo todo lo que toco con sólo una palabra, y una vez que a explotado eso que digo alumbrar, me tiro al suelo intentando recomponer los trozos. Suena.. ilógicamente traumatizante.. quizá hasta deprimente. Pero es que en este momento, en este momento no me reconocería ni mirándome en un espejo. A veces lo más inesperado es lo primero en aparecer. Y eso es, porque quizá, pero sólo quizá, la finalidad de nuestras vidas es conseguir que la ilusión más grande sea creada por lo más pequeño. Porque cuando no queda nada, ya sea porque lo has tenido todo, o porque simplemente nunca tuviste algo, te sirve lo más insignificante para otrgarte al menos una pizquita de felicidad. Esa pizquita de sal que le falta a tu vida cuando necesitas luchar contra el destino. Ese destino que duda de su propia existencia aún sin saber si sus dudas están ya predestinadas.
Cómo se le dice a una persona que no puede ser feliz porque no hay ilusión que le sirva. Que por mucho que luche, siempre será una infeliz. Cómo se le dice a alguien que no es persona, ni lo será. Que sólo que carne, o pescado, o, nada.
Cómo se le dice esto a alguien cuando la persona eres tú.
